Búscame en un Hospital sino me encuentras en casa o en los bares. Durante muchos años los bares eran un lugar típico donde buscar a los hombres y la casa el típico lugar donde encontrar a las mujeres. Eran otras épocas históricas vividas por todos los que tenemos más de cincuenta años. Ahora los jóvenes tienen mucha más elección y por tener más aparenta más libertad. Pero tener más donde elegir no significa más libertad si lo que realmente quiero no se encuentra en la lista. Y en la lista va desapareciendo una opción, LA SALUD.
Queremos más salud, o mejor, la que teníamos cuando eramos más jóvenes. Es el ferviente deseo de los mayores de cincuenta. Pero la vida se empeña en deteriorar el cuerpo hasta su extinción, lo que denominamos muerte.
Este impermanente patrimonio intangible que es la salud incorpora a nuestras circunstancias una estructura organizativa y funcional que se denomina Sistema Nacional de Salud. Comenzamos a conocer mejor a nuestro Médico y frecuentamos el Centro de Salud y los Hospitales. Estos últimos sobre todo para visitar amigos y familiares. En nuestro ecosistema ha venido para quedarse el Hospital.
Esta realidad hospitalaria se incorpora a nuestras vidas por que tenemos padres mayores y amigos que enferman. Es la lección más antigua de mundo. La Impermanencia. Tan es así que comenzamos a utilizar un mantra en nuestras conversaciones:”La salud es lo que importa”. Aprendemos que todo lo demás es secundario si no existe salud para disfrutarlo. Sabiduría que tendría que ser esculpida a fuego en la juventud donde dicen que se comenten los excesos que luego pasan factura.
Aceptar esta nueva realidad es cuestión de mentalidad. De inteligencia emocional como se dice ahora. Pelear contra ella es una lucha de titanes que estamos condenados a perder. Resignarse es rendir la mente a una realidad imaginada. Aceptar es esperar cada día la novedosa lección que llegará en este nuevo Ecosistema y que nos enseñará nuevas formas maneras de estar y ser. Comienza la época del “CUIDADOR”. “Hay que cuidarse”. “Cuídate”, son las consignas sociales de este nuevo rol y paradigma.
Ser un CUIDADOR requiere competencias que aprender, actitudes que anclar, herramientas nuevas. Tenemos que APRENDER. Tenemos que EMPRENDER. Y de aprender y emprender después de los cincuenta sabemos mucho en 50pro.