Del panorama económico actual es destacable la importancia creciente de todo lo relativo a la prolongación de la vida activa, como consecuencia lógica de una mayor longevidad.
En concreto, un editorial de El País del pasado 2 de diciembre trataba esta cuestión con argumentos sólidos y fuera de los convencionalismos que provienen de mediados del siglo XX, defendidos por los agentes sociales, en especial por las organizaciones sindicales. Lo hacía con el título Jubilación activa, al que añadía el subtítulo: “La Administración no debe poner en jaque a los pensionistas que trabajen”.
El rotativo defendía la libertad de quienes, percibiendo una pensión, deseen y puedan ejercer una profesión o trabajo remunerado y que ello no cuestione seguir percibiendo la citada pensión pública.
Vemos con mucha frecuencia que las empresas que se ven obligadas a reducir sus plantillas, por imperativos de viabilidad, concentran las bajas en quienes están alrededor de los 50 años o más. Se suele decir que se trata de “bajas no traumáticas, en base a pre-jubilaciones pactadas”.
Un argumento que se justifica, por lo general, en base a la edad y no parece que pueda seguir utilizándose mucho tiempo, en una sociedad que reacciona, ante cualquier tipo de discriminación real o percibida, ya sea en los medios de comunicación convencionales o en las redes sociales.
Si el Estado elimina las dificultades para que quienes lo deseen y puedan, sigan activos, gana pleno sentido la propuesta del proyecto 50Pro, destinada a enseñar a emprender a los mayores de 50 años que tomen esa opción vital y profesional
Sobre los emprendedores también existen ciertos estereotipos, tales como la edad (ser joven) y dedicarse a sectores tecnológicos determinados.
Cada día más profesionales de 50 ó más años, se mantienen activos. Como ya hemos escrito en este blog, en muchas ocasiones.
Como tendencia es conveniente recordar que, de los nuevos emprendedores, actuales, en los Estados Unidos, casi un treinta por ciento tiene más de 50 años, según datos publicados por la Kauffman Foundation.
Estas tendencias son, entre otras, una aportación muy favorable para la sociedad.
Con una población mayor activa, además de contribuir al PIB, mejora el rendimiento en lo cognitivo y en la generación de riqueza, al incluir a personas que, de lo contrario, se moverán en lo que podemos denominar “no mercado” y la inactividad.
Lo anterior no quiere decir que cada persona con ideas emprendedoras se constituya siempre en una empresa, puede ser que su desarrollo profesional sea ejercer una actividad de forma individual, tal como lo definía un texto muy pragmático dedicado a la actividad de emprender:
“Hay que precisar que no todo emprendedor acaba creando una empresa, (unas oficinas, unos empleados, unas inversiones, etc.), puede que el emprendedor actúe solo, desde su casa, moviendo relaciones y contactos, a través de los cuales consigue realizar su trabajo. A la postre, ese emprendedor no deja de ser un empresario individual y que, por las razones que fuere no considera oportuno embarcarse en eso que llamamos, crear una empresa” (Gil, Giner de la Fuente, Martí, 2011: 13).
Estamos ante una encrucijada que abre nuevos caminos y que cuestiona la inercia de los modelos actuales de organización del mercado laboral y de las etapas profesionales. Para algunos estudiosos del desarrollo económico, como el profesor de la Universidad de Oxford, Ian Goldin, la humanidad se halla ante un nuevo Renacimiento y el emprendimiento de los de más de 50 es una de sus manifestaciones.
Referencias:
-El País, 2 de diciembre de 2016: Jubilación activa.
-Gil, M. A.; Giner de la Fuente, F,; Martí, J. (2011) Emprende. Convierte tu sueño en realidad. Madrid. ESIC Editorial.
–Goldin, I.; Kutarna, Ch, (2016) Age of Discovery. Oxford. Oxford University Press.
Joaquín Solana Oliver
(Economista)