En muchos casos, las ideas preconcebidas suelen condicionar nuestra conducta y nuestras decisiones de una forma excesiva.
En el ámbito del emprendimiento y, en concreto en nuestro país, los medios de comunicación, o las imágenes de entregas de premios y reconocimientos por parte de entidades de todo tipo, suelen ofrecer la imagen del actual emprendedor como alguien muy joven, con un proyecto vinculado a la aplicación de tecnologías y sin un pasado profesional, pues por la edad, solamente puede haber un período escolar como historia vital.
Esas imágenes han llegado a generar un estereotipo de emprendedor, algo que aleja a muchas personas de plantearse iniciar alguna actividad, por causa de la edad.
La palabra estereotipo, el diccionario de la Real Academia la define como: “Imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable”, por lo tanto es perfectamente aplicable a la situación que describimos.
Pero es conveniente mirar algo más allá.
Atender a lo que ocurre en sociedades donde la función de emprender forma parte de una normalidad aceptada, con tradición y no como una estratagema de políticos que incapaces de reducir las altas tasas de desempleo, utilizan el fenómeno del emprendimiento, más que para crear y avanzar, como una distracción y como una forma de culpabilizar a quienes no encuentran ocupación. Pero no hace falta dedicar espacio a esto último, el tema es conocido.
La función de emprender, como la de empresario (que es la misma), como la de profesional liberal, no tiene una edad limitadora, si las condiciones de salud lo permiten. Escribir esto parece a contra corriente en una sociedad que ha sobrevalorado la jubilación en edad temprana, como es la europea y, en especial la española.
Pero dichas ideas y dichos estereotipos pueden cuestionarse, así se deduce de uno de los informes que publica la Kauffman Foundation sobre emprendimiento en Estados Unidos, en el que se destaca la participación creciente de los profesionales de más edad en la ceración de empresas, según la siguiente tabla:
Porcentaje de nuevos emprendedores por franja de edad de los Estados Unidos
Franja de edades | 1996 | 2015 |
De 20 a 34 | 34,3% | 25,0% |
De 35 a 44 | 27,4% | 25,5% |
De 45 a 54 | 23,5% | 25,3% |
De 55 a 64 | 14,8% | 24,3% |
Fuente: 2016 The Kauffman Index Startup Activity
Es destacable el crecimiento del porcentaje de emprendedores de la franja de los 55 en adelante que de ser del 15% en el año 1996 ha pasado a un 24% en 2015. Dentro de una población con mayor longevidad, los de más edad, contrariamente a los estereotipos citados antes para nuestro entorno, representan casi una cuarta parte del total de nuevas empresas.
Los datos anteriores quizá puedan recibir una crítica y es que pertenecen a un entorno muy distinto al nuestro y en parte dicha objeción es cierta, pero no deja de ser evidente que la situación aquí deberá cambiar. Para ello solamente hace falta atender a algunas opiniones de quienes conocen el mundo de las startup en nuestro país.
Tal es el caso de Luís Martín Cabiedes, inversor con experiencia en múltiples proyectos y profesor de emprendimiento en el IESE. Martín Cabiedes, además de enseñar, cuenta con experiencia como inversor, o en términos actuales, como business angel. Parte de dichas experiencias las ha vertido en un texto en el que cuando se refiere a la edad de los emprendedores escribe lo siguiente:
[dt_sc_blockquote type=”type4″ align=”center” textcolor=”#1e73be” variation=”gray” cite=”Martín Cabiedes”]“El problema es que dices ´un emprendedor´ e inmediatamente piensas por ejemplo en Mark Zuckerberg, aunque Facebook sólo haya uno. De hecho el estudio que se reproduce en estas mismas páginas sobre el perfil medio de los emprendedores demuestra que la edad media de los emprendedores de Silicon Valley –el ´barrio´ en que vive Zuckerberg- es de cuarenta años y que su experiencia laboral previa a su emprendimiento es de quince años de trabajo por cuenta ajena. Queda en evidencia, por tanto que ni siquiera en Silicon Valley es precisamente el emprendedor un joven imberbe. Los hay de todas las edades y, por cierto, ojalá los hubiera aún más maduros. Esa es una de las cosas que en España de echan más en falta: emprendedores maduros” (Martín Cabiedes, pág. 48).[/dt_sc_blockquote]
Las dos fuentes citadas, es decir, la evidencia que nos ofrece el informe de la Kauffman Foundation y las opiniones de una de las voces más autorizadas de nuestro entorno startup up, son motivo para revisar estereotipos sobre la función de emprender y permiten una mirada optimista hacia el futuro, sin estar sometidos o condicionados por unas franjas de edad propias de estereotipos y no de la realidad social de nuestros días.
Autor: Joaquín Solana (Economista)
[dt_sc_hr_medium]Referencias:
- Fairlie, R.; Morelix, A.; Reedy, E. J.; Russell, J. (2016) The Kauffman Index Startup Activity. Kansas City. Ewing Marion Kauffman Foundation.
- Martín Cabiedes, L. (2015) ¿Tienes una startup?. Barcelona. Ediciones Gestión 2000.