
Después de varios años apoyando a los mayores de 50, en nuestra pelea contra unas políticas empresariales adversas, que han creado un efecto social suicida denominado edadismo, hemos iniciado un nuevo enfoque.
Efectivamente, iniciamos una defensa de los mayores de 50 por simple sentido común. No era aceptable concluir que los mayores de 50 no tuvieran participación en unas actividades profesionales cuando cada vez íbamos constituyendo una parte más importante de la población, intelectual y vitalmente activa, con una esperanza de vida creciente.
No es digno pensar en “hibernar” a una parte importante de la población, sin darles oportunidad de trabajar y de ser los autores de nuevas ideas de emprendimiento que, como destaca la Kauffman Foundation en su informe, los emprendedores de más de 55 años eran el 15% del total en 1996 y en 2015 han pasado a ser más del 24%. O como apostilla Luis Martín Cabiedes, “la edad media de los emprendedores de Silicon Valley es de cuarenta años y su experiencia laboral previa a su emprendimiento, es de quince años de trabajo por cuenta ajena. Esa es una de las cosas que en España de echan más en falta: emprendedores maduros”.
A continuación, en segundo lugar, supuesto que la sociedad se conformase con esta hibernación convirtiéndoles en una carga social, nos preguntábamos por cual iba a ser la solución a esta situación; pues este grupo en el año 2030 supondrá un tercio de la población de Europa, y la sola fuerza laboral de los nuevos jóvenes no podrá mantenerse a sí misma y seguir haciendo avanzar a la sociedad, a la vez que mantiene a este grupo social al que se le habrá convertido en un lastre inútil y desaprovechado.
Pero el tercer y último enfoque es un cambio de 180 grados pues, en el próximo congreso a celebrar en Bruselas, denominado “Active, Healthy Ageing in the EU: Growing the Silver Economy through Innovation and Partnership“, empieza a plantearse que este grupo, que se irá incrementando con todos los nuevos nacimientos cuya esperanza de vida superará los 100 años, es el auténtico motor económico del futuro.
Esta nueva componente denominada “Silver Economy” será la responsable de un vuelco en la escala económica y social de las naciones que consigan motivar e incorporar a esta creciente parte de su población en fuerza activa. Perfectamente ensamblada con los jóvenes, para que todos vayan juntos adelante en una mejora del bien común y en un mejor desarrollo de este mundo en que vivimos.
Después de significativos avances mundiales en temas tan importantes como la preocupación por el medioambiente, posiblemente esta reincorporacion profesional de los mayores – que nosotros hemos denominado el movimiento 50pro – sea la base de una nueva revolución social y un cambio de paradigma y de era.
Durante muchos años las personas mayores se habían acostumbrado a disfrutar de una bien ganada jubilación y descanso, después de una vida laboral que empezaba a los 20 o 25 años y terminaba a los 65.
En el futuro, que ya tenemos como rabioso presente, van a tener que realizar una mayor actividad profesional, que empezará a los 30 pero no puede darse por terminada a los 50, sino que ha de prolongarse hasta casi el final de la vida activa cercana a los 100 años. Con una actividad profesional favorecida por la mejora de la salud y que deberá proceder más del autoempleo o el emprendedurismo.
Es un hecho incontrovertible que el espíritu de generosidad de este grupo de mayores de 50 años deberá ser puesto a prueba y, más que nunca, deberemos todos pensar en el trabajo como un regalo, y nunca como el mal interpretado sentido bíblico del castigo, donde sólo se habla del cansancio no del trabajo.
[dt_sc_blockquote type=”type4″ textcolor=”#1e73be”]El hombre fue creado para trabajar lo mismo que el pájaro para volar.[/dt_sc_blockquote]