Para aquellas organizaciones que nos hemos fijado el objetivo de mejorar la actividad de los seniors, entre las que 50pro destaca por su vocación de entrenar a los seniors para que sepan emprender negocios, en unos momentos tan convulsos y cambiantes, debidos a la jubilación y la dilatada esperanza de vida, sabemos que se plantean algunas nubes grises en el futuro cercano.
Un temor muy extendido, y que hace mención a una primera dificultad en el corto plazo, se refiere al futuro económico que los senior se plantean, debido a la carencia de cotización que puede sobrevenir como efecto del edadismo, y a la carencia de fondos públicos para sostener unas jubilaciones que deben pagar los trabajadores jóvenes, que cada día son menos y deben sostener a una carga mayor de seniors.
Para los que no lo sepan, España tiene un sistema de pensiones por reparto, que quiere decir que lo que cada uno cotizó en su momento no está guardado para cuando se deba jubilar, sino que la jubilación debe proceder de las personas que están todavía en activo y sus contribuciones obligatorias a la Seguridad Social que, de acuerdo con la afirmación del Tribunal de Cuentas, está en quiebra desde junio de 2019.
Pues siendo este tema importante, como lo es, hay otro tema más importante – aunque aparentemente menos urgente – que pone en peligro nuestra vida. Se ha comprobado que existe el Síndrome del Jubilado.
¿Qué es este síndrome?
Cuando un jubilado decide terminar por completo su actividad profesional, y dedicarse al “dolce far niente” se ha podido comprobar que la tasa de mortalidad para este grupo, crece un 20%.
Existe una equivocada sensación de que el jubilado tiene derecho a NO HACER NADA, y eso es un tremendo error. Ya en la Biblia se dice que el hombre fue creado por Dios para trabajar.
Otra cosa es que, después del asunto de la manzana y la serpiente, lo hiciera con el sudor de su frente. Esto quiere decir que una persona no puede renunciar a trabajar, lo mismo que un pájaro no puede renunciar a volar, o se quedará tullido e incapaz de hacer una vida normal.
A lo largo de todo el siglo XIX y gran parte del XX los ancianos no se jubilaban, lo normal era abandonar el trabajo cuando ya no se podía realizar por motivos de capacidad y salud. Una investigación sobre casi 17.000 adultos griegos mostró que aquellos que estaban jubilados al inicio del estudio eran un 51 por ciento más propensos a morir durante el período de estudio que el resto de la misma edad que aún trabajaba, publicó American Journal of Epidemiology. Ninguno de los participantes tenían diagnóstico de enfermedad crónica, como cardiopatías, diabetes o cáncer al comienzo del estudio.
Los expertos señalan que algunos de los síntomas de este síndrome son: Estrés, ansiedad, pesimismo, depresión, propensión al alcoholismo, soledad, dependencia y violencia, pérdida de relaciones y eso aunque desde el punto de vista económico la situación sea desahogada.
Como consecuencia los investigadores proponían una batería de medidas para “proporcionar incentivos sociales y económicos para prolongar la vida laboral, y promulgar políticas para posponer la jubilación pueden ser beneficiosos para la salud de las personas”.
En definitiva, un grave problema es que el individuo, poco tiempo después de jubilarse y cesar su actividad profesional, siente que ha perdido ya su función social, y acaba por convertirse en un objeto del que nadie se preocupa ni tiene en cuenta. Según Lehr (1988), la disminución de contactos sociales suele ir siempre asociada a vivencias negativas, mientras que con la ampliación de contactos sucede lo contrario. También en este sentido Kalish (1983) mantiene que las relaciones sociales en el ámbito laboral son uno de los factores que más inciden en la satisfacción personal y su pérdida es una de las más graves que se sufre.
El problema y la desventaja del hombre actual es que no ha hecho durante toda su vida más que trabajar y la mayoría de las veces en tareas alienantes y no escogidas vocacionalmente. Por eso es una tremenda oportunidad dedicarse a emprender y poner en marcha una actividad que le apasione.
El tiempo en blanco, sin hacer nada, durante la Jubilación es puerta abierta a procesos psíquicos y físicos indeseables, a sedentarismos anquilosantes y otros males que, pueden anular a la persona senior.
Para muchas personas, la jubilación es sólo un cambio de etapa, no el final de la actuación profesional. Continuar trabajando puede ser muy bueno e incluso necesario, tanto para mantener una buena salud física y mental como para complementar los ingresos.
El retiro no tiene por qué ser absoluto, quizá extrañes la rutina o tal vez estás feliz disfrutando de tu tiempo libre, pero algo es seguro: tus conocimientos y experiencia valen y pueden ser muy bien aprovechados.
Que ofrecemos.?
Si están interesados en 50pro puedes, además de consultar nuestra web, ponerte en contacto con Belén en el tfno +34 676 270 506
Que OFRCEIS
Si estás interesada en 50pro puedes, además de consultar nuestra web, ponerte en contacto con Belén en el tfno +34 676 270 506