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NIVEL PRIVADO
El otro estamento, que en algunas ocasiones son corporaciones más grandes que muchos países, son las empresas.
Tampoco este estamento se preocupa por los individuos, uno de los datos en nuestro país es que “el 71% de las empresas del IBEX 35 obvia el talento sénior”.
En muchas ocasiones estas empresas podrían operar con un perfil bajo que les permita subsistir pero facilitar también soluciones para mantener empleo en beneficio de sus trabajadores, aunque no maximicen los beneficios para los accionistas o los sobresueldos variables e inmorales que proporcionan a algunos de sus directivos.
En muchas ocasiones, el problema puede no ser resoluble y hay que afrontar unas regulaciones de plantilla con el fin de conseguir la supervivencia de la empresa y de los trabajadores que continuarán trabajando en ella. Entonces el planteamiento no es tener que echar a la gente sino hacerlo de una forma ética, interesándose por sus necesidades individuales que tendrán en el futuro. Para ello hay que preocuparse por esforzarse en buscar soluciones adaptadas a cada persona, en función de su sexo, edad, experiencia y otras. Es decir haciendo una “discriminación positiva” para ayudar mejor a todos y cada uno.
Muchas empresas SOLO se preocupan de sus intereses empresariales y societarios, maximizando el beneficio a “costa de todo”.
Pero aún es mucho peor cuando las empresas crean un entramado de fundaciones y actividades dirigidas a calmar a la opinión pública y que no son soluciones reales para las personas a las que se dirigen. Estas empresas debieran ser denominadas “empresas hipócritas” a las que debería hacerse cerco. De este tipo tenemos varias muy conocidas e importantes – tanto españolas multinacionales como extranjeras, y que seguro tenemos en la cabeza–.
Incluso otras veces se protegen con argumentos de que se han pagado prejubilaciones importantes o que se les ofrecen trabajos en ONG´s para evitarles problemas con el “síndrome del parado”.
Aunque no podemos cuestionarnos si esas prejubilaciones son necesarias, pues dependen de la situación real para la supervivencia y continuidad de las empresas que las practican, si debiéramos valorar el impacto sobre los senior que se ven sin posibilidad de encontrar empleo en otra empresa, y sobre todo teniendo en cuenta el tremendo aumento de la esperanza de vida que requiere encontrar una solución urgente pues muchos de ellos tienen por delante entre 30 a 50 años. Hay algunas de esas entidades que después de despedir a sénior, en varias oleadas de miles de personas cada una, mediante un flagrante delito de discriminación por edad o edadismo, tratan de recuperar esas cantidades pagadas a los trabajadores que desvinculan, mediante productos dirigidos a volver a captar a los mismos sénior, ofreciéndoles condiciones exclusivas para ese mismo dinero.
Otra forma de compensar esa mala imagen de los grupos empresariales, por despedir tantos sénior, es crear fundaciones para compensar ese efecto y para hacérselo perdonar. En ocasiones hay algunas que tratan de cuidar el “talento sénior”, pero que ocultan intereses particulares y en sus propios grupos no se aplican reglas como no despedir senior y tampoco contratan trabajadores con ese perfil.
Afortunadamente hay otras muchas empresas, también algunas grandes, que están manteniendo en sus plantillas personas y no disimulan las prejubilaciones o despidos con argumentos falaces como: sueldos altos, insuficiente preparación tecnológica o que crean problemas en la línea de dirección. Podríamos llamarlas “empresas responsables” entre las que podríamos citar varias como IBM, P&G, VODAFONE, BP y otras con diferentes grados de información a la sociedad como:
RANKING DE TRANSPARENCIA EN LA GESTIÓN DEL TALENTO SÉNIOR
Fuente: Fundación Compromiso y Transparencia
Autor: Carlos Molina