Hemos llegado a uno de los objetivos principales de nuestra metodología: Conseguir, en el futuro que nos queda por delante, hacer aquellas cosas que sabemos y que nos gustan.
Parece obvio que esta opción nos llevará con facilidad a hacer mejor nuestro trabajo, con más cariño y cuidado, lo que se traducirá en hacerlo mejor que aquellos que hacen este mismo trabajo sin cumplir estos requisitos.
No obstante, además de la metodología que enseñamos en PROFESIONAL 50pro, hay dos principios que debemos tener en cuenta antes trabajar y de seleccionar el trabajo al que queremos dedicarnos.
En primer lugar, el trabajo es el fin principal del hombre.
Mucha gente cree que el trabajo es un castigo divino que aparece en la Biblia, cuando Dios echa a Adán y Eva del paraíso. Cuando alguien afirma esto, es que no ha leído desde el principio ese texto.
Inicialmente dice que Dios creó al hombre para que trabajara, punto.
La segunda parte es que, al echarlos del paraíso terrenal, los condenó a trabajar con esfuerzo y sudor.
No vamos a librarnos de la segunda parte, por más que lo intentemos, sea como sea nuestro trabajo será más o menos duro, más o menos estresante, pero nunca podremos hacerlo sin que nos suponga algún tipo de esfuerzo físico y/o mental.
No obstante, eso no quiere decir que seamos tan torpes que, tratando de evitar el esfuerzo, dejemos de hacer aquello que es ontológicamente esencial en el hombre que sería dejar de trabajar, porque eso aún nos hará sentirnos peor física o mentalmente. Recordemos que todos los médicos recomiendan hacer ejercicio físico y, para prevenir el envejecimiento mental, también actividad intelectual. Ambas cansan.
Como excepción, y en este capítulo solamente, vamos a añadir un segundo refrán que me parece absolutamente acertado:
SI EL OCIO TE CAUSA TEDIO, EL TRABAJO ES BUEN REMEDIO.
Y cuando hablamos de trabajo, hablamos de trabajo de verdad, profesionalmente hecho, independientemente de que hablemos de un trabajo remunerado o no. Sólo es condición esencial, hacer un trabajo profesional.
Es decir, lo mejor que seamos capaz de hacerlo, con los mejores métodos que podamos aplicar, con un acabado tan perfecto como sea posible, de la forma más rápida y económica posible, pero respetando las anteriores condiciones.
Utilizando nuestra metodología, vamos a tratar elegir bien desde el principio, de entre aquello que nos guste, lo que sabemos hacer mejor, tenemos experiencias previas que puedan sernos válidas, conozcamos personas que puedan ayudarnos desde el principio, o incluso que participen con nosotros en el nuevo proyecto.
Vamos a incorporar a nuestros conocimientos, algunas técnicas actualizadas que nos permitan “estar a la última” y “no tratar de inventar la rueda”.
Es claro que todo lo anteriormente escrito va dirigido a conseguir disfrutar del trabajo, hacerlo con más amor, como dice el refrán.